Bundaberg, en el estado de australiano de Queensland, es el hogar del primer evaporador de película descendente (FFE) de BMA en Oceanía. La instalación es el primer nivel de la estación de evaporación de un ingenio azucarero con una capacidad de 6.000 t/d. La superficie de calentamiento asciende a 4.000 m2, el diámetro es de 3,8/4,1 m y la altura llega a los 24,2 m. ISCAL Sugar de Bélgica, filial del Grupo Finasucre al igual que Bundaberg Walkers, ha comprado el FFE junto con una torre de extracción de BMA.
El cliente final, Bundaberg Bingera Mill, cuenta con la asistencia de Bundaberg Walkers Australia que, además de la construcción de molinos para ingenios azucareros, ofrece un amplio programa de ingeniería para la industria del azúcar de caña. Por tanto, desde el principio estuvo claro que todos los trabajos sobre el terreno relacionados con la ingeniería son tarea de Bundaberg Walkers, en estrecha colaboración con nuestro equipo en Alemania, así como con la oficina central en Bélgica de ISCAL Sugar.
La nueva tecnología ofrece muchas ventajas
Las imágenes muestran que el nuevo FFE está instalado fuera de la nave principal cerca de la instalación de evaporación existente, originariamente con cinco
efectos. Debido a su antigüedad, así como a los elevados costos de reparación y mantenimiento, no fue posible reutilizar todos los aparatos de la estación, de forma que hubo que realizar una modernización. De ahí que la decisión lógica fuese apostar por el nuevo FFE, utilizarlo como primer efecto y poner los cuatro restantes cada uno en el efecto anterior respectivo. Sobre todo, nuestro cliente quería aprovechar las ventajas del FFE de BMA: consumo de vapor reducido, menor formación de color y una pérdida de azúcar considerablemente inferior.
La puesta en marcha en verano de 2018 transcurrió sin problemas. Pasado un breve espacio de tiempo, el FFE alcanzó un coeficiente de transferencia de calor de más de 2.226 W/m²K y unas tasas de evaporación de más de 100 t/h. La diferencia de temperatura entre el vapor de calentamiento y el vapor vegetal era de 7,7 K.
Bueno para el medio ambiente y los costos: menor gasto de limpieza
Otro aspecto importarte es la limpieza del FFE, que suscita preguntas una y otra vez. El FFE también debe limpiarse, no obstante, en intervalos de tiempo mucho mayores, y con bastante menos costos y empleo de químicos. Este efecto se hizo visible justo después de la puesta en marcha y consiguió que, hoy en día, el nuevo FFE no tenga que limpiarse ni una vez a la semana, sino solo cada dos semanas.
Bingera Mill elaborará, junto con el SRI de Australia (Sugar Research Institute), un gran estudio sobre la formación de depósitos y los costos de limpieza en la temporada azucarera 2019/20. Todos esperamos ansiosos los resultados.
Consumo de vapor reducido y también menor pérdida de azúcar
Tras los primeros días de la puesta en marcha también pudo detectarse una reducción considerable del consumo de vapor. Con una producción estable pudo medirse una reducción de hasta el 6 %. Muchas veces, este es el pilar fundamental para planificar un ingenio eficiente cuando se trata de generar toda la electricidad posible para la exportación de energía. Exportar el excedente de energía no es el objetivo principal en Queensland y Bingera Mill no lo incluye en sus planes.
En Australia interesa más reducir la pérdida de azúcar empleando los FFE. En este sentido, ya se ha publicado en estudios del SRI que se pueden obtener mejoras visibles. En un futuro próximo esto también se investigará en el primer FFE de BMA en Australia.
Reduced steam consumption and sugar losses
Only a few days after commissioning, a marked reduction in steam consumtion was also noticeable – of up to 6 %, in fact, with constant output. This is often a key factor in the planning of an efficient factory, which aims to produce as much surplus power as possible for export; it is not an issue for Bundaberg Bingera Mill in Queensland.
In Australia, the focus is instead on reducing sugar losses through use of an FFE. Published SRI studies have shown that noticeable improvements are, in fact, possible. BMA’s first FFE in Australia may be providing some evidence for that soon.